Es el día más largo registrado. Arrastrando el cuerpo, todo parece una misma hora, y han pasado días. Parecerían haber pasado días, pero han sido solo segundos.

Parecería una memoria difusa, olvidada, de pronto, pero vuelve y quema. Nada sabe, todo hiede a lo mismo, a lo último. Se siente el hueco, se escucha el viento chismear. Lo único, por lo menos, que se tiene certeza que es verdadero es el viento. Porque estaba antes, porque estuvo allí, porque está ahora, con o sin. Acompaña el viento, aunque se quiera la soledad.

Las ballenas aquellas que creé, finalmente, se materializan, y tienen sentido. Al menos ellas, yo no.